¿Sabes qué es la ansiedad anticipatoria? ¿Sabes por qué surge y cómo tratarla?
En este artículo vamos a ver en detalle todo lo que supone este fenómeno psicológico que afecta a millones de personas en el mundo.
Antes de comenzar, es importante resaltar que la ansiedad anticipatoria es un tipo de ansiedad que surge como respuesta a la anticipación. Es decir, cuando nos anticipamos a eventos del futuro, sobre todo, aquellos que vemos como amenazantes o estresantes.
La ansiedad es algo normal que se experimenta a lo largo de la vida, pero puede llegar a ser debilitante y afectar a la calidad de vida de las personas.
Como hemos visto, la ansiedad anticipatoria es un tipo de ansiedad que surge antes de que ocurra cierto evento. Normalmente suele estar relacionado con situaciones estresantes y que nos preocupan.
Es decir, una preocupación por una situación futura que puede ocurrir y que nos genera estrés o intranquilidad.
Las personas que experimentan este tipo de ansiedad suelen sentirse abrumadas por pensamientos negativos sobre lo que podría suceder en el futuro. Esto se puede aplicar a todo tipo de situaciones: laborales, familiares…etc.
Como vemos, suele venir por el miedo a que algo salga mal y la mente comienza a anticipar las consecuencias de ese suceso, lo que genera ansiedad y angustia.
Este tipo de ansiedad anticipatoria no solo afecta a la mente, sino también al cuerpo. Puede generar síntomas físicos como palpitaciones, tensión muscular, sudoración excesiva, mareos, dificultad para respirar, entre otros.
Ahora que sabemos qué es la ansiedad anticipatoria, vamos a ver por qué se puede producir. Es decir, algunas causas que contribuyen a su desarrollo:
Las personas que enfrentan situaciones estresantes de manera constante, como un entorno laboral competitivo, problemas familiares o financieros, pueden estar más propensas a desarrollar ansiedad anticipatoria. La presión constante por cumplir con expectativas puede llevar a la mente a anticipar situaciones amenazantes.
La ansiedad anticipatoria a menudo está vinculada a trastornos de ansiedad generalizada (TAG), fobias sociales, trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) o trastornos de pánico. Las personas con estos trastornos tienden a experimentar una preocupación excesiva por eventos futuros, lo que aumenta la probabilidad de desarrollar ansiedad anticipatoria.
Las personas que han tenido experiencias traumáticas o muy negativas en el pasado, como un fracaso importante o una situación de humillación, pueden desarrollar un miedo intenso a enfrentar situaciones similares en el futuro.
Las personas perfeccionistas suelen tener ansiedad anticipatoria, ya que, tienen a temer que no cumplirán con sus propios estándares elevados o con las expectativas de los demás.
La sensación de no tener control sobre una situación futura puede aumentar la ansiedad anticipatoria.
Ya hemos visto qué es y por qué se suele producir. Ahora vamos a ver cómo se puede manifestar esta ansiedad anticipatoria. Es decir, los síntomas que se sufren y que pueden hacerte pensar que estás pasando por un periodo de ansiedad.
Pensamientos obsesivos: Cuando tu cabeza no puede parar de pensar en aquello que puede salir mal. Son pensamientos repetitivos e intrusivos que no nos dejan focalizarnos en el presente.
Miedo: Una sensación constante negativa de que las cosas no van a salir bien. Aunque en muchas ocasiones eso que se teme no llega a producirse.
Físicamente: Como anticipamos antes, la ansiedad anticipatoria puede traer algunos síntomas físicos como: palpitaciones, sudoración, tensión muscular, dolores de cabeza, fatiga, dificultad para dormir, entre otros.
Problemas para concentrarse: La mente está absorbida por esos pensamientos intrusivos que no es posible poder concentrarse en el trabajo o las tareas cotidianas.
Irritabilidad: Un síntoma claro también pueden ser los cambios de humor o estar al borde del colapso emocional.
Os vamos a hablar de dos tipos de tratamientos que no son excluyentes uno del otro, al contrario, lo ideal es combinarlos para poder llegar a encontrar ese ansiado bienestar.
Por un lado, realizar sesiones de mindfulness o meditación. Estas sesiones ayudarán a dejar la mente en blanco y poder centrarnos en el presente.
En este ratito conseguiremos aliviar esos pensamientos intrusivos y simplemente enfocarnos en el aquí y el ahora.
Esto con el tiempo es un trabajo que se puede extrapolar a otras áreas de nuestra vida, consiguiendo poder centrarnos en el momento vivido.
Por otro lado, la ayuda psicológica. Es decir, acudir a un psicólogo es fundamental para poder tomar perspectiva del problema y enfocar nuestra mente. Detectar aquello que nos está produciendo esa ansiedad, ir a la base del problema para poderla gestionar.
En Armonía Psicología tenemos dos centros: En Goya y Chamberí, donde puedes contar con un equipo de expertos especialistas que te ayudarán a enfocar tu problema y alcanzar tu bienestar. No lo dudes, consúltanos sin compromiso, te asesoramos y damos una valoración gratuita.