Psicólogos para el tratamiento de fobias

¿Qué es una fobia?

Una fobia es un trastorno de ansiedad que se caracteriza por un miedo intenso y muy desproporcionado ante situaciones o cosas concretas. Un temor persistente e irracional. Los estímulos que provocan fobias no son tan malos como para que reaccionemos con temor y angustia.

La exposición a lo que provoca fobia desencadena una respuesta inmediata de ansiedad, y se trata de huir y alejarse de aquello que provoca temor.

Características principales de las fobias

  • Miedo intenso y persistente a objetos o situaciones específicas.
  • La exposición al estímulo fóbico provoca una respuesta inmediata de ansiedad.
  • La persona no puede evitar sentirse así.
  • Las situaciones fóbicas se evitan o se soportan a costa de una intensa ansiedad o malestar.

En Armonía Psicólogos estamos especializados en el tratamiento de las fobias en Madrid

Síntomas y tipos de fobias

Las fobias pueden ser hacia animales, insectos, a situaciones relacionadas con la naturaleza, como fobia a tormentas, fobia a la sangre, las agujas, las heridas, fobia al dentista, fobia a tragar, fobia a volar, fobia a los coches, y a todo tipo de situaciones.

Al enfrentarse a la fobia se llega a experimentar pánico, taquicardias, dificultades respiratorias, temblores o fuertes necesidades de escapar inmediatamente. Existen innumerables tipos de fobias aunque las más comunes suelen estar relacionadas con las fobias sociales o la timidez.

Tratamiento de fobias y miedos

Tradicionalmente los miedos, los traumas y las fobias se han tratado con técnicas cognitivo conductuales, con resultados bastante positivos. Posteriormente, a partir de los años 80 y 90, se desarrollan nuevas técnicas derivadas de la Programación Neuro-Lingüística (PNL) y de la metodología del Developmental Behavioural Modelling (DBM), que suponen una mayor eficacia en el tratamiento de estos trastornos y un acortamiento de la terapia con un considerable ahorro de tiempo.

Estas técnicas, que constituyen el componente básico del tratamiento que dispensamos para estos trastornos, son las siguientes: la disociación, el cambio de submodalidades, el anclaje, la hipnosis y el EMDR.

Nuestro centro de psicólogos en Madrid utiliza los tratamientos para las fobias más eficaces:

La disociación:

Estar asociado es cuando estamos atendiendo plenamente a nuestra experiencia inmediata; o dicho de otra manera, cuando estamos viendolo todo desde nuestros propios ojos.

Estar disociado es estar como espectador de nuestra propia experiencia, es como estar viéndonos en una situación desde la posición segura de un espectador que desde fuera de la situación está observando, pudiendo de esta manera estar separado o disociado de nuestros sentimientos y sensaciones, así como también de nuestro diálogo interno (de lo que nos decimos).

Es como si estuviéramos en el cine viendo una película en la que uno mismo es el protagonista.

De este modo podemos conectar con la situación fóbica o traumática pero sin que tengamos las emociones negativas que estaban asociadas a ella, y de esta forma poder desensibilizar esa situación que antes nos causaba el malestar.

El cambio de submodalidades:

Estamos continuamente procesando nuestros cinco sentidos para dar sentido a lo que notamos del mundo, tener una comprensión de lo que está sucediendo y construir una experiencia subjetiva desde la que atender a nuestras necesidades y guiar nuestra manera de actuar en el mundo.

Así que cualquiera de nuestras representaciones internas o experiencias subjetivas están formadas por imágenes, sonidos y sensaciones que son los modos o modalidades que tenemos de percibir el mundo a partir de los sentidos.

Por otro lado, si vamos más en detalle, la forma de percibir de los sentidos, es decir, la forma de percibir esas imágenes, sonidos o sensaciones, está compuesta de diferentes elementos que llamamos submodalidades, que son, por ejemplo, los diferentes colores, tamaños, nitidez u oscuridad, las diferencias de movimiento, brillo, perspectiva, situación, las diferencias de volumen, de tono, las diferentes sensaciones, las diferencias de intensidad, de textura, de localización de las sensaciones, etc.

Utilizando una metáfora culinaria, por ejemplo, si queremos hacer una paella necesitamos unos ingredientes como arroz, agua, caldo, colorante, sal…y, también, el utilizar una proporción adecuada de cada ingrediente y el mezclarlos en el orden y con el tiempo correspondiente. Pues bien, los ingredientes serían como los sentidos, y la proporción, la mezcla y el tiempo serían como las submodalidades.

De la misma manera que no se puede conseguir hacer una paella sin la proporción, la mezcla y el tiempo adecuado de cada ingrediente, también es imposible pensar en algo o tener una experiencia subjetiva sin que tenga una estructura de submodalidades.

Así que, independientemente del contenido de nuestra experiencia subjetiva, lo que sentimos y el estado que nos crea depende de las submodalidades. Por lo tanto, si cambiamos las submodalidades cambiará el efecto de la experiencia en nosotros, es decir, cambiará el estado emocional.

En los tratamientos psicológicos tenemos dos formas de utilizar el cambio de submodalidades a los clientes.

Una de las formas es potenciar estados o recursos positivos como la seguridad, o la tranquilidad, o la confianza en si mismo, o la fuerza interna… Otra forma es tomar una experiencia de malestar o desagradable, por ejemplo una fobia, y cambiar las submodalidades de la fobia para disminuir e incluso eliminar el poder e influencia que ejercen sobre nuestro estado emocional.

El anclaje:

Un “ancla” en la terminología de la PNL es un estímulo que tenemos asociado a una respuesta o a un vivencia afectiva concreta.

Todos tenemos innumerables anclas: el semáforo rojo asociado a parar, una canción asociada a un recuerdo de una relación emocional con una persona, un olor que te devuelve a tu niñez y te hace revivir algún momento de tu infancia…etc.

Las vivencias, las emociones y sentimientos que en algún momento de nuestra vida han formado parte de nuestra experiencia personal están archivadas en nuestras memoria junto con estímulos o claves de acceso que cuando se activan nos conectan con ellas.

A este fenómeno se le llama “Anclas” debido a que actúan como elementos de fijación de nuestra experiencia interna y basta con un leve “tirón” para hacer aflorar toda la vivencia subjetiva a la que están unidas.

Todos tenemos en muestra memoria, en nuestro almacén de recursos, momentos en los que nos hemos sentido con seguridad, con confianza en nosotros mismos, con tranquilidad, con serenidad … o con otros recursos. Pues bien, la importancia del trabajo con anclas en los tratamientos psicológicos es que podemos asociar un estímulo externo (una imagen, un sonido, un toque en un punto concreto) a uno o varios de estos recursos y a través de este estímulo, que es nuestra ancla, tener estos recursos disponibles en cualquier momento y sobre todo para afrontar o superar aquellas situaciones en las que nos sentimos mal o con miedo, o inseguros o nerviosos.

EMDR: Reprocesamos los recuerdos y situaciones que nos causan malestar con el objetivo de que baje el malestar.

Hipnosis:Con diferentes técnicas de hipnosis se hace un trabajo de afrontamiento de las situaciones temidas.

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