En contra de lo que nuestra intuición puede decirnos, sentir tristeza es natural y además beneficioso. Nos ayuda a descargar emociones, afrontar situaciones complicadas, demostrar a otros carencias afectivas o dificultades para que nos apoyen…entre otras funciones.
Por tanto, la tristeza en sí misma no es patológica. Sin embargo, es componente nuclear de la depresión y puede convertirse en un problema para nuestro día a día si el sentimiento es muy intenso, ocupa gran parte de nuestro tiempo…entre otras razones. Es decir, que la tristeza sea un beneficio o una limitación dependerá del contexto, de cómo la manifestamos y cómo vivimos esta experiencia.
No. Ya puede deducirse del párrafo anterior que no sentir tristeza nunca sería un error y nos perderíamos las funciones y beneficios que esta emoción –a veces sin darnos cuenta- nos ofrece.
Es importante comprender esto de cara a la intervención terapéutica, pues un tratamiento psicológico nunca tendrá por objetivo final la usencia total de tristeza, sino el poder sacar partido a sus beneficios, pero sin que nuestra vida gire en torno a esta emoción.
En el lenguaje coloquial es frecuente oír y utilizar el término “depresión”, y tendemos a emplearlo como sinónimo de tristeza. Sin embargo, en el ámbito clínico o profesional no podemos entender la depresión únicamente como un estado de ánimo bajo y olvidar el resto de sus componentes.
Es realmente importante remarcar este aspecto de la depresión si queremos detectar casos de depresión clínica. Si sólo atendemos a señales emocionales y olvidamos otros importantes componentes de este cuadro psicopatológico podemos pasar por alto personas que estén sufriendo por esta causa.
Como se decía en el párrafo anterior, la depresión es un cuadro complejo formado por diversos síntomas de varios tipos y es necesario conocerlos todos si queremos comprender esta patología. Hay que considerar que cada individuo va a manifestar su sufrimiento de manera individual y diferente al resto, por lo que no hay un “único cuadro”, pero sí un listado de síntomas que debemos considerar cuando hablemos de depresión clínica.
Es de vital importancia conocer la depresión clínica y su gravedad, así como su alcance en la población. Es un trastorno que puede llegar a ser muy invalidente e incluso conducir a consecuencias fatales, y además afecta a gran porcentaje de la población (con un incremento de las cifras en los últimos años). Para ilustrar esta realidad estos son algunos de los datos ofrecidos por la OMS (Organización Mundial de la Salud) sobre la depresión: