Olvidar el pasado
Lo que pasó ya pasó y no lo podemos cambiar en el presente. Si fracasamos, si nos equivocamos, si hicimos daño o nos lo hicieron a nosotros. Si hicimos lo que no debíamos. O dejamos de hacer lo que debíamos, no podemos remediarlo ahora, porque el tiempo ya pasó y aunque quisiéramos no podríamos cambiarlo, mejorarlo o subsanarlo.
Todo lo que ya pasó debemos asumirlo y tratar de olvidarlo o aprender a vivir con ello sin remordimientos, porque persistir en ello sería como estancarse y no avanzar en una vida que debe continuar. La energía que gastamos recordando y lamentándonos por los errores del pasado nos impide disfrutar del presente.
Así, mantenga en su mente las saludables experiencias vividas con anterioridad, pero borre todas aquellas que puedan traerle consecuencias devastadoras.
El futuro es incierto
Tampoco es bueno preocuparse demasiado por el futuro; hay que planearlo, sí, pero sin angustia y con mesura, y sobre todo, sin el ansia y la impaciencia del que espera. Existe un viejo dicho popular que dice: “No por mucho madrugar, amanece más temprano”
“No debo esperar indefinidamente y sin embargo, debo aprender a ser paciente”.
Pensar constantemente en el futuro puede traernos ansiedad, angustia y malestar. Robándonos la maravillosa bendición de disfrutar los mejores momentos de nuestra vida, que son los que estamos viviendo en este momento.
Vivir el presente
El hoy es lo único con lo que en realidad contamos. Son 24 maravillosas horas que no debemos desperdiciar y que por el contrario, debemos disfrutar absoluta y plenamente. Cómo si tuviéramos los días contados.
¿Ha pensado que haría si hoy fuera el último día de su vida? Tal vez disfrutaría más de sus hijos y de su familia; se enojaría menos y se divertiría más; quizás pediría perdón a alguien a quien hizo daño y podría perdonar a quien de algún modo a usted dañó; expresaría sus sentimientos y afectos y a lo mejor haría algo que siempre quiso hacer y no se atrevió.
Desafortunadamente, en un mundo tan acelerado como el actual, olvidamos o no sabemos disfrutar de los momentos gratos de la vida, que realmente pueden ser muchos… Pero a menudo los dejamos pasar.
Psicología de la emoción y la motivación
Según el Dr. Enrique G. Fernández-Abascal, catedrático de Psicología de la UNED, se puede aprender a disfrutar: “Es tan posible aprender a disfrutar de la vida como necesario es hacerlo, ya que frente a las emociones negativas con las que nacemos más elaboradas, las positivas es necesario aprenderlas y practicarlas”.
Y continúa diciendo: «Somos el organismo más capacitado para disfrutar de la vida, y por ello las emociones positivas son procesos más abiertos y versátiles. Lo cual abre un abanico casi ilimitado de actividades con las que podemos disfrutar. Se trata de emociones más personales que las negativas, no solo por las diferentes condiciones desencadenantes, sino por la propia variedad de los procesos que implican en cada persona”.
Cómo disfrutar cada día
Busca la magia de cada día, porque cada día es un pequeño tesoro que una vez ido ya no volverá. Acógete al dicho popular: “no deje para mañana lo que pueda hacer hoy”. Porque quizá mañana ya sea demasiado tarde.
«Sólo por hoy me daré media hora de tranquilidad para poder pensar acerca de mí. Pensaré en Dios para descubrir cuál es el objetivo de la vida. Sólo por hoy no tendré miedo a ser feliz, a disfrutar de la vida, a amar y a creer que lo que amo me ama. Sólo por hoy”
En Armonía Psicólogos te podemos dar las claves para vivir feliz en el presente.